Entrada destacada

Esas ganas de saltar a las vías del tren cuando está llegando. Esas no.

25 agosto

Feliz duelo

No te voy a mentir, se me olvida recordarte. Con la pulsación opuesta a la nostalgia me hurgo en las heridas de las rodillas de un niño pequeño. Recordando la fantasía de lo que ocurrió y no la realidad sosa que provocan los que no soportan la verdad. Me miro al espejo y consigo verme con cariño, con las cicatrices en las manos, con la vista cansada y sin barba todavía, será que no maduro.

Que dureza tiene el mirarse contento pero no orgulloso en perspectiva del pasado. Casi conformista teniendo en cuenta las aspiraciones del adolescente que fuimos. Pero que fácil fue soñar, que ternura tiene el presente cuando lo comparas con los sueños pasados. Aún así no cambia la sonrisa que sale cuando imagino decadencia idealizada con la persona adecuada.

19 mayo

Justo

Ojalá hacer que parezca natural de nuevo, acurrucar las mejillas y poner los discos de antes. Lo único que se consigue disfrazándose de niño es el llanto que te aleja de su lado. Se marcan demasiados los años en la comisura de los labios que se me resquebrajan.

Qué tendría la adolescencia que toda la música sonaba distinta.

09 abril

Pulpo con sombrero.

Llega un momento que integras el sonido dentro del sueño, una molestia dentro del descanso que hemos terminado aceptando igual que en lo cotidiano. Ceño fruncido sin siquiera haber abierto los ojos, estiro el brazo para posponerlo un poco más, me pesa el cuerpo y ni si quiera puedo pensar en el horror que supuso conseguir dormir por necesidad. No me planteo ninguna época en la que fuera por gusto más de diez días seguidos. Con un ligero sentimiento de taquicardia espero a que suene de nuevo, como se me ocurra dormirme esa sensación se transformará de nuevo en malestar. Cuando suene de nuevo.

No recuerdo si lo último fue mirar la pared hasta quedarme inconsciente, no sé si llegué a levantarme y cerrar la puerta pero sé que estaba abierta de la misma manera que veo que ya no lo está. Siento sequedad en la garganta y recuerdo haberme bebido litros de agua anoche con la misma claridad con la que veo el vaso lleno ahora. Apesto a sudor en invierno.

Hasta que consigo recomponerme y abrir la ventana pueden haber pasado varios minutos, las sombras anoche parecían acercarse cuanta más atención les prestase. La ropa consigue parecer la sombra de lo que soy y me mira, sé que me mira. Sé cómo miro cuando alguien me da pena, me reconocería la postura hasta dormido.

El desayuno es la mejor parte del día, la más lejana a volver a verme.

16 marzo

Insonorizado

Nunca quiso suficiente, no dolía demasiado hasta que nos sacamos del pecho las espinas. Me decían los recuerdos que no me necesitaban, que no debían nada a nadie y se fueron convirtiendo en pensamientos ajenos que no sabía si había vivido. Cada mañana mi memoria se hace mariposa y volaba independiente de lo que soy ahora hasta no recordar.

Me convencí del mañana, que sería el día más triste que habría vivido y que conmigo moriría. Me convertí en el síntoma de las pequeñas cosas, en la pastilla que necesitaríamos todos. La decoración impresionante, lo que supongo que es irrelevante a largo plazo. Para buscar la caricia desagradecida.

Sería violento, desde lo alto seguro, borroso y negativo. Un concierto en una sala de ensayos y los destellos de realidad en un mes claro.

03 marzo

Des-ser

Incluso con la presión de vivir no acepto empacar ahora, ojalá nacer de nuevo y entender tu rostro, leerte la mente como si no me bastase con *ser*.

Pero cuando empiezo a oler eso, corre.

En post de la sinceridad diré que no estoy bien aunque esté triste a ratos, cuando pienso en que te voy a echar de mi vida me imagino metiendo una caja de cartón con todas tus cosas que tengo guardadas en la habitación que tienes dentro de mi, donde no te cobro alquiler porque si sigo vivo es de tus rentas. 

Ayer llegué hasta hace unos años y pasé por nosedonde, pensé en comprarme flores, oler un día raro entre los colores que no se si veo bien. Si es la vida o los recuerdos, los perros que se me acercan por la calle lo saben. Saben que no estoy solo cuando pienso en mi, saben que si se llaman cascos es para protegerme, que escucho la hierba. Que tenemos que correr todos como vuelva. Cuando vuelva.

14 enero

La habilidad de mantenerse ebrio y grácil es una forma de locura suave.

No quiero ser perfecto, no quiero ser violento y mucho menos informal. 

He nacido con una lengua de plata que vale de más bien poco siendo brusco, siendo honesto. Dice Diego que no suelto nada que no sea necesariamente hiriente, que hay mil maneras de escucharme decir te quiero, que hay violencia en las miradas y los pájaros nos siguen a ritmos honestos.

Como me voy a fiar de nada si solo soy adicto a las piedras del camino y las metas se quedan cortas. Si escucho pasos correr cuando me tomo las cosas despacio, llorando truenos antes de que llegue el relámpago. Seré un desastre irreparable, un problema sonriendo, un recuerdo perdonable con el talento innato de ser irracional.

No suelo insultar a la luna porque es tarde y no me queda otra forma, quizás mañana.

Dicen que nos fuimos juntos y no sabíamos ni hablar.

La furia detrás del sentido de la vida se queda corta, entendiendo vida como pasión, como ganas innatas y chispa. Nacimos preparados para sufrir, para buscar la plenitud con estrés y enfrentarnos a la tranquilidad con ganas de bronca. Estamos reñidos con la felicidad sin sufrimiento porque esa botella no nos llena.

No queremos una vida simple porque lo entendemos como el vivir con lo mínimo, como una casa vacía y paredes grises. La simpleza que tiene la búsqueda clara de los objetivos; un significado dado al medio, un tramite hasta lo que queremos; ya sea una casa, sea verte riendo en el espejo del baño y reconociéndote a ti mismo entre los reflejos de los manillares de la puerta. El concierto de mañana. 

Esa es la simpleza que se busca. La que no está reñida con sufrir.

Importa poco sufrir, importan los motivos.